¿Cómo es una cesárea?

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La cesárea es el nacimiento de tu bebé por medio quirúrgico. El procedimiento suele durar menos de una hora: de 10 a 15 minutos en el nacimiento y el tiempo restante en los cuidados de la madre.

Por lo general puedes tener un acompañante durante la cesárea, excepto en casos de emergencia, cuando el médico considera que no es apropiado, o no hay tiempo para que tu pareja se cambie a un atuendo esterilizado.

cesarea

Anestesia

Por lo general, la cesárea se realiza con anestesia epidural o peridural, de modo que la madre está conciente y no siente el dolor en la parte inferior del cuerpo. Una vez que se aplica, sientes sus efectos en unos cinco minutos.

En casos de emergencia, o cuando no hay tiempo de aplicar la epidural, el anestesiólogo puede optar por anestesia general, de modo que la madre está inconciente durante la cirugía.

Procedimiento

Aunque estés conciente, se colocan cortinas que bloquean tu vista de lo que sucede en tu área abdominal (¡no es agradable ver que te cortan con un bisturí!). Si deseas ver el nacimiento, puedes solicitar que te coloquen un espejo cuando sea el momento. De otra forma, tu médico te enseñará el bebé en cuanto sea seguro hacerlo.

Para iniciar una cesárea, el médico hace una incisión vertical u horizontal en tu abdomen, en el área entre tu ombligo y el vello púbico. La incisión atraviesa las capas de músculo y grasa hasta llegar al útero, donde se encuentra tu bebé. Allí hace una apertura en el útero y succiona el líquido amniótico. La madre, bajo el efecto de la anestesia epidural, no siente dolor, pero sí puede sentir presión, jalones y movimiento en su abdomen.

Luego, el médico inserta la mano en el útero para examinar la posición del bebé. La primera parte que extrae es la cabeza, para succionar los líquidos de sus vías respiratorias. Luego saca los hombros y el resto del cuerpo y… ¡felicidades, ya eres mamá!

Una vez que se corta el cordón umbilical, el bebé es trasladado a una cama aparte para examinarlo, limpiarlo y realizar la prueba APGAR. Esta parte es igual a la que atraviesa un bebé después de un nacimiento vaginal. Si todo marcha bien, el bebé puede ser entregado a la madre para que lo conozca e inicie el apego materno. Tu acompañante también puede alzarlo mientras termina el procedimiento.

Mientras tanto, el médico extrae la placenta y la examina, para asegurarse que esté completa. Luego debe cerrar, con costuras o grapas quirúrgicas, capa por capa de la incisión de la madre.

Recuperación

Algunos de los síntomas que puedes tener después de la cesárea son iguales a los de un parto vaginal: dolor al contraerse el útero, sangrado vaginal mientras tu útero se deshace de sangre y tejido residual, e hinchazón en los senos por la bajada de la leche.

Por tratarse de una cirugía importante, las mujeres suelen quejarse de dolores y en el área de la incisión durante una semana, pero no te preocupes: el médico te puede suministrar medicamentos para el dolor. También debes caminar lo más pronto posible (en cuanto te lo permitan) para acelerar tu recuperación.

El cuidado y atención a la herida es primordial, ya que cualquier cambio en su apariencia puede indicar una infección. Las puntadas o grapas se extraen o disuelven de cuatro a siete días después de la operación.

Existe también el riesgo de sangrados internos, por lo que la mayoría de hospitales requieren que la madre se quede allí de tres a cuatro días. Una vez en casa, pasan de cuatro a seis semanas antes de que vuelvas a la normalidad.

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